“Para educar, hay que amar”.
Nuestro modelo educativo se fundamenta en una visión integral de la educación, que busca conscientemente comunicar valores y conocimientos. Utilizamos una metodología pedagógica peculiar, que Marcelino y los primeros Maristas iniciaron y hoy en día, sigue siendo innovadora en muchos aspectos.
Educamos, sobre todo, haciéndonos presentes entre los niños y jóvenes; demostrando que nos preocupamos por ellos, personalmente. Les brindamos nuestro tiempo, más allá de nuestra dedicación profesional; establecemos con ellos una relación basada en el afecto, que propicia un clima favorable al aprendizaje, la educación en valores y la maduración personal.
A través de la Pedagogía del Esfuerzo, tratamos que los niños y jóvenes adquieran un carácter y una voluntad firmes, una conciencia moral equilibrada y valores sólidos, en los que se fundamente su vida.
Cuidamos la motivación y el proyecto personal de cada uno, promovemos el trabajo en equipo y les ayudamos a adquirir un espíritu de cooperación y de sensibilidad social, para servir a aquellos que tienen necesidad.